Entrevista a Juanma Hinojal, autor de Los mundos de Ravenholdt

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Juanma Hinojal es un joven escritor palentino —y muy majo, por el trato que he tenido con él— que viene del mundo del cine y que, tras publicar un libro de relatos un tiempo atrás, acaba de lanzarse con su primera novela, Los mundos de Ravenholdt, publicada por Ediciones Lacre, escrita con un original planteamiento en el que nos pasea a lo largo y ancho de varios universos paralelos durante la trama. Curioso, ¿no? Pues, si queréis saber más, corto el rollo y os dejo con lo que él mismo me ha contado de ella. Aquí lo tenéis:

Según tú mismo dices, has escrito desde siempre. ¿Cómo empezó tu relación con la escritura?

Es difícil encontrar ese punto de partida. Supongo que empezó a modo de «obligación» en el colegio, cuando nos mandaban las primeras redacciones como deberes. Ya desde pequeño los profesores me decían que escribía muy bien, y fueron esas palabras las que me animaban a no soltar el lápiz y el papel. Y con el paso de los años ha acabado convirtiéndose en casi una necesidad. Me considero un yonki de la escritura. Cuando estoy un tiempo sin escribir nada, me entra el mono.

En octubre de 2016 publicaste tu primera novela, Los mundos de Ravenholdt, un recorrido por diferentes géneros literarios a través de una curiosa aventura localizada en diversos universos paralelos, un planteamiento bastante llamativo y original. ¿Ha sido complicado hilvanar una trama coherente a través de realidades tan distintas como las que aparecen en la novela?
Al principio creí que me resultaría más complicado de lo que al final fue. Según iba escribiendo, me di cuenta de que debía mantenerme fiel a la esencia de la trama principal y su estilo. De esta manera, no importaba lo diferentes que fuesen los mundos unos de otros, la coherencia se mantenía y evitaba que la historia pareciese un amasijo de relatos unidos con calzador.

¿Por qué este baile de mundos a través del que nos conduces?
Vengo del mundo del cortometraje, en el que escribí y dirigí una serie de guiones. Cuando escribes un guion tienes que tener siempre en mente cosas como el presupuesto, las localizaciones disponibles, el equipo que dispones… Pero a la hora de escribir no hay limitación alguna, solo la que exista en tu propia imaginación. Si a un lector le gustan muchos géneros diferentes, ¿por qué habría que recurrir a varios libros distintos para poder abarcarlos todos? Por eso escribí esta «macedonia de frutas» empleando los más populares ingredientes para ello.

Respecto al paseo por los diferentes géneros, vas del de aventuras al de superhéroes, pasando por la fantasía o los vampiros, entre otros. ¿Cambia la manera de abordar y escribir la novela a lo largo de las diferentes realidades o se trata de una simple cuestión ambiental?
El truco está en centrarse en los personajes protagonistas. Narrar la acción a través de lo que sienten ellos en cada momento. Pueden estar viviendo una emocionante aventura, aterrorizarse de miedo ante criaturas de la noche o reír a carcajada limpia. Al igual que en la vida real, nosotros podemos experimentar sensaciones o vivencias muy distintas a lo largo del tiempo, pero por muy diferentes que sean o por mucho que puedan cambiarnos a nosotros mismos, todo forma parte de nuestra propia vida.

¿Cómo se te ocurrió este planteamiento?
Cuando uno decide escribir su primera novela, la primera pregunta que se plantea es obvia: ¿de qué va a tratar? Estuve un tiempo dándole vueltas. Se me ocurrieron varias ideas y rescaté algunas que tenía rondando en mi cabeza desde algún tiempo. Pero todas ellas, por muy atractivas que me resultasen, tenían el mismo problema: eran demasiado breves como para dar de sí en una novela en condiciones. Como no quería renunciar a ellas y tampoco quería escribir otro libro de relatos independientes, se me ocurrió lo de los mundos paralelos. De esta manera podría introducir una de esas historias en cada mundo al que los personajes viajaran. Solo me hizo falta crear una trama principal que las uniera a todas.

¿Qué persigues con este enfoque?
Al plasmar en las páginas algunos de los géneros literarios más conocidos y populares, he intentado crear una especie de parodia de los mismos, darle una nueva vuelta de tuerca y crear unos divertidos guiños que harán las delicias del lector. Lo que a simple vista podría parecer algo muy absurdo como, por ejemplo, en una historia de espías al más puro estilo del clásico James Bond, introducir un mago, acaba ofreciendo toda una nueva serie de aventuras de lo más atractivas y entretenidas. Al fin y al cabo, esa es mi única meta: que el lector pase un buen rato leyendo el libro.

En el artículo que el Periódico de Extremadura publicó con motivo del lanzamiento de Los mundos de Ravenholdt se decía que tu única pretensión era que la gente leyese la novela. ¿A qué clase de público va dirigida?
Aunque se puede definir como una novela enfocada a un grupo joven, de a partir de unos 13 años, no me atrevo a ponerle tampoco un límite de edad. Aquellos que, aunque ya tengan una cierta edad, se criaron con historias como las de El Señor de los anillos, Indiana Jones o Regreso al futuro, seguro que disfrutarán de lo que la novela ofrece. Pero lo que me está sorprendiendo es que, aunque a los chicos les está gustando el libro, es a las chicas a quienes más les llama la atención.

¿Te has inspirado en algún libro o autor en concreto a la hora de escribirla?
Son obvias (e intencionadas) las referencias a El Señor de los anillos, El Hobbit, la serie de James Bond, Drácula, Crepúsculo (con una pequeña pullita de mi parte) o a los cómics clásicos, por citar algunos. Pero está hecho para sorprender al lector. Que piensen que sus pasadas experiencias leyendo estas historias les van a ayudar a descubrir lo que va a suceder en mi novela. Y es ahí donde yo me aprovecho de esa seguridad para darle un giro inesperado y sorprenderlos.

¿Cómo afrontas la escritura de la novela? ¿Dedicas mucho tiempo a su planificación o eres de los que la desarrollan a medida que avanzan en su escritura?
Con esta novela en concreto estuve durante cuatro meses preparando y desarrollando la historia, así como creando a los personajes antes de escribir la primera palabra. Aun así, el proceso de creación no acabó en ningún momento durante los dos años que dediqué a su escritura. Aunque a veces me gusta improvisar y ver dónde me pueden llevar los personajes, una vez que ya tienen su buen bagaje y una personalidad desarrollada, han sido muchas las noches quedándome despierto hasta las tantas pensando en lo que escribiría al día siguiente.

Antes de Los mundos de Ravenholdt publicaste 3 breves relatos (no tan breves). ¿Te ha resultado difícil dar el paso del relato a la novela? ¿Qué dificultades añadidas has encontrado al hacerlo?
La principal dificultad reside en la longitud. Antes de embarcarme en Los mundos de Ravenholdt lo máximo que había escrito había sido un relato de cien páginas. Cuando me planteé escribir la novela, me puse a mí mismo el reto y la meta de alcanzar las 300 páginas. Y aunque en un principio lo veía muy complicado, a medida que se iba desarrollando la historia, simplemente me olvidé de números y me dediqué a plasmar la historia de la mejor manera posible, ocupara lo que ocupase. El resultado final son más de 600 páginas de las que puedo sentirme orgulloso de todas y cada una de ellas.

«Luz y oscuridad» y «Sally», dos de los relatos que componían el libro, tienen un componente bastante aventurero, ¿es el de aventuras tu género preferido? ¿Qué géneros o autores te gusta leer?
Si bien es cierto que el género de aventuras es mi favorito, tanto a la hora de leer como de escribir, me gusta precisamente combinar todo tipo de géneros. Como escritor, es todo un reto salirte de vez en cuando de tu zona de confort e intentar crear géneros en los que no habías metido la mano anteriormente. «Luz y Oscuridad» era un relato que aunaba aventuras, amor y thriller. «Sally», por su parte, se podría catalogar como una historia de terror con mucho humor negro, o una historia de humor negro aderezada con toques de terror (dejo que eso lo decida el lector). Lo bueno de combinar géneros es que siempre encuentras a alguien a quien le guste. Como lector, aplico el mismo criterio que como escritor, y busco un libro que, independientemente de su género, me ofrezca unas cuantas horas de diversión y entretenimiento.

Muchas gracias por tu tiempo y tu amabilidad.

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