La falsa metáfora del péndulo de Newton, P.D. Verdugo

falsa

Tenía pendiente esta novela, La falsa metáfora del péndulo de Newton, de Pedro Daniel Verdugo, desde el mismo día de Sant Jordi, que fue cuando llegó a mis manos desde las del propio autor. Si seguís este blog quizás os suene su nombre; ya os hablé de él en mi post sobre aquel día y la firma de Las pesquisas de un cadáver amnésico (mi primera perpetración novelesca), momentazo que cambió nuestras vidas para siempre (bueno, quizás no tanto, pero sí que fue un encuentro interesante) al compartir mesa en el stand de Biblioteques de L’Hospitalet y hacer un trueque literario: «tu libro por el mío» (algún día los libros de literatura hablarán de aquellos dos grandes autores que no sólo coincidieron en espacio y tiempo sino que, además, intercambiaron entre ellos sus primeras obras -hoy hace sol y estoy exultante, ¿qué pasa?-). Pues bien, un mes y pico más tarde, os voy a contar qué me ha parecido.

Comenzaré por hablar de Pedro (@Informadicto, por si queréis seguirlo en Twitter): ingeniero informático de formación (conocimientos que refleja en la novela a la hora de hablar de esas pequeñas máquinas diabólicas que utilizamos a diario y cuyo funcionamento para mí es todo un misterio) y ganador del primer premio del segundo concurso de relatos cortos JAK de Santa Coloma de Gramenet, en 2012. Se ha lanzado a desarrollar en su primera novela, ésta de la que os hablo, una trama de género negro a lo largo y ancho de la ciudad de Barcelona, en la que ha implicado a personajes de todos los estratos sociales. Aquí no se salva nadie.

Ahora vamos a por la novela: la trama arranca con un escritor aficionado que, mucho tiempo después de haber enviado su manuscrito a una editorial, recibe de ella un misterioso paquete con el segundo volumen de la trilogía de un famoso escritor, en cuyo epílogo manuscrito se le invita a una particular velada en la casa del propio autor, un enorme caserón de la zona alta de la ciudad, junto con otros cuatro escritores, con la finalidad de escoger, a través de un curioso y extraño juego, al próximo novelista publicado. La propuesta, de entrada, es un tanto extraña y, según le parece a Alex, el protagonista, no menos peligrosa, por lo menos potencialmente, más aún cuando se le pide que vaya solo o, de lo contrario, no se le permitirá el acceso. Sin tenerlas todas consigo, sin embargo, decide ir. Allí se encuentra con los otros invitados y con un excéntrico Olivier d’Antoni, el famoso escritor que les va a hacer de anfitrión. Durante la cena se confirma la primera impresión de Alex: todo lo que sucede aquella noche es muy raro, desde el ambiente que se crea entre los presentes hasta lo que acaba pasando allí. Intentaré no chafaros la trama y, por lo tanto, perdonadme si no me prodigo mucho en detalles; resumiendo -mucho-: la cosa se tuerce lo suficiente como para acabar llamando a la policía. Y hasta ahí puedo leer.

La historia, como veis, comienza con fuerza, con un hecho poco común y la situación extraña que se deriva de él: un punto para Pedro; se ha ganado mi atención. La sensación que tuve, sin embargo, es que esta intensidad decae un poco a partir del punto en que comienza la investigación, no para siempre, cierto, pero en mi opinión pierde cierta garra pasado este momento incial. Lo bueno llega cuando, acostumbrados ya a este nuevo ritmo, comienzan a aparecer nuevos datos que vuelven a despertar nuestro interés; algunas cosas comienzan a no encajar con las premisas inciales de la policía y ello nos lleva a pensar que hay sorpresa al final del hilo. La investigación por fin empieza a avanzar y a conducirnos a alguna parte (y no hay manera de saber a cuál, ya que cada vez que intuimos por dónde pueden ir los tiros, descubrimos algo nuevo que nos hace cambiar de opinión; este hecho, particularmente, me ha gustado mucho, ya que logra mantenernos atentos e intrigados y comenzamos a no fiarnos ni de los personajes ni de las situaciones. A veces las cosas no son lo que parecen).

Ciñéndonos al aspecto literario del libro, lo menos positivo, sería una cierta artificialidad, para mi gusto, en algunos momentos de los diálogos; el resto de «fallos» que me había parecido detectar durante la lectura han resultado no ser tales, sino cuestiones que en el momento parecían ser errores de guión, cuya explicación llegó más tarde.

En resumen: una primera novela que merece una oportunidad; las últimas setenta páginas (aproximadamente) me han mantenido bastante pegada al texto, deseando llegar al final para saber qué había pasado en realidad. Volveré a leer a Pedro si se anima con una segunda entrega (con epílogo o sin él).

Para saber más sobre él, echad un vistazo a su web, y, si os animáis, podéis comprar su novela aquí.

Y para escuchar lo que dije de la novela en el programa Cuarto Cuarta (Ràdio Ciutat Vella), seguid este enlace.

5 comentarios

  1. […] también leyó mi novela, y también subió una buena reseña a su página web. No contenta con ello, ha tenido a bien hablar del péndulo en el programa de Radio […]

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  2. […] a Pedro D. Verdugo, cuyo nombre puede que os suene, puesto que ya os reseñé su primera novela, La falsa metáfora del péndulo de Newton. Así pues, indies del mundo: estoy abierta a vuestras propuestas. Si queréis que reseñe vuestra […]

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  3. […] os reseñé La falsa metáfora del péndulo de Newton, de Pedro Daniel Verdugo (podéis leerla aquí), escritor al que conocí en la firma de libros de Sant Jordi del año pasado y con el que hice un […]

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  4. […] os reseñé La falsa metáfora del péndulo de Newton, de Pedro Daniel Verdugo (podéis leerla aquí), escritor al que conocí en la firma de libros de Sant Jordi del año pasado y con el que hice un […]

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  5. […] de veces sobre Pedro D. Verdugo en este blog, primero en la reseña que hice de su primera novela, La falsa metáfora del péndulo de Newton, y luego en la entrevista que me concedió la semana pasada. Pues bien: ¡los cuatro primeros […]

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